jueves, 30 de diciembre de 2010

desayuno con él...

Esta mañana al mirarme desnuda enfrente del espejo, sin bajar la mirada, sosteniendo mi ojos, sentí un escalofrío. Mire mis pechos, mi pubis, gustoso todavía, apetecible e insinúe que él se acercara para mirarme, para tocarme. Deje que me recorriera como quien recorre un camino para llegar a su destino.
Sentí que aparte de él había otra mirada, otras manos y las recibí como un nuevo invitado, el invitado que hacia días que quería que entrara. Tímido y brusco, dulce y sucio, se situó detrás de mi; nuestros ojos se encontraron en el espejo… nuestro reflejo produjo en nosotros un bucle de deseo, de pasión guardada. Deshice su coleta y degusté su nariz, su boca; metí mis pechos en sus manos y él agarro mi cuerpo para montarme una y otra vez.
Desayunamos juntos café y tostadas con mermelada de moras… fruta rojas y sorbos de placer. Feliz año indio.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

tras una ducha...

Después de una ducha, Ángela se extendió la crema por su cuerpo húmedo y redondeado. Mientras masajeaba su vientre, sus pechos… tuvo una aguda sensación. ¿Había dejado de sentir la sexualidad como la había sentido hasta ahora?
La última noche con Mario le había faltado excitación, a día de hoy todavía no puede  distinguir si es porque Mario no es su chico o por la cantidad de vino que habían ingerido en la cena.
¿La sexualidad va cambiando?